The Spirit Indestructible

Por Javier Silvestre

La cantante canadiense Nelly Furtado está de actualidad debido al reciente lanzamiento de su último álbum de estudio, “The Ride”, un compacto en el que nos ofrece una producción considerablemente alejada de la radiofórmula y en el que apuesta por un sonido bastante personal y diferente a todo lo que ha hecho anteriormente. En gran medida, esto se debe al enorme fracaso comercial que supuso su anterior disco, “The Spirit Indestructible”. Puesto que el señor Amazon aún no ha enviado a mi buen hogar su trabajo más reciente, a continuación voy a analizar el malogrado espíritu indestructible de la artista para hacer ver que, en verdad, jamás fue un disco tan malo.

“The Spirit Indestructible” fue un disco que no coló por ningún lado. Tanto la crítica como el público dieron la espalda a un trabajo que intentaba mantener la esencia de Nelly, pero que al mismo tiempo la alejaba del mainstream que imperaba en la primera división del pop internacional. Fue un disco al que realmente se le dieron muchas oportunidades, lanzando hasta cinco sencillos, pero muy pocas personas quisieron apreciar el verdadero valor de las joyas perdidas que han acabado siendo todos estos singles: “Big Hoops (Bigger the Better)”, “Spirit Indestructible”, “Parking Lot”, “Waiting for the Night” y “Bucket List”.

Una prueba evidente del escaso interés por esta época de Nelly fueron el número de visitas en YouTube. Así, “Big Hoops (Bigger the Better)” no ha conseguido pasar de los 11 millones de visitas y eso que es el single estrella de este disco. Si lo comparamos con las cifras de muchos cantantes españoles, estos números son más que satisfactorios, pero no si tenemos en cuenta que algunos de sus videoclips anteriores contaban con cientos de millones de visionados. A pesar de todo, el descalabro en las listas de ventas fue aún mayor de lo que estas visualizaciones mostraban (y si pensamos en su último disco, “The Ride”, entonces ya sí que nos olvidados de cualquier número y nos ponemos a apreciar el arte sin más).

 

El rechazo a este disco parece proceder de dos frentes principales. El primero de ellos es que nadie entendió “The Spirit Indestructible” como una evolución natural de “Loose”, ese tercer disco que la catapultó (muy brevemente, eso sí) a la cumbre del pop, con canciones como “All Good Things (Come to an End)” o “Say it Right”, ya casi un himno del pop. No logro entender cómo es posible que la gente encontrara tantas diferencias entre este último tema (que incluso en su momento iba más allá de las producciones instauradas en el mainstream de aquellos años) y otras canciones de “The Spirit Indestructible” como “Miracles”. Quizás el problema fue que el experimento en español lanzado después de “Loose” y que ella tituló “Mi plan” (contiene alguna de sus canciones más conocidas en nuestro país como “Manos al aire”) hizo que el gran público se olvidara de su faceta más de diva (aunque en verdad nunca terminó de serlo) y de ese lado de cantante seria en el que metemos con calzador a todos los que se suponen que deben tener ventas dignas (ahí también está Christina Aguilera desde hace años, pero esta al menos es tan diva que la meterán en un cajón con purpurina).

El segundo de los frentes abiertos es que muy poca gente llegó a apreciar realmente el valor de cada una de las canciones de este disco, que daban lugar a un grupo de temas que se integraban y encajaban perfectamente entre sí a pesar de tener influencias bastantes diversas. En más de una crítica llegué a leer que canciones como “Spirit Indestructible” y “Parking Lot” pecaban de estar sobreproducidas. Y para mí es precisamente esa sobreproducción el valor añadido de estas. Jamás entendería “Spirit Indestructible” si fuera un tema acústico y tampoco me gustaría “Parking Lot” si no resultara un cargante petardeo constante. Asimismo, “High Life” presenta un mensaje algo desolador entre una sucesión de latigazos que crea una canción extremadamente interesante dentro de una atmósfera con un punto agobiante. De hecho, “High Life” y “Parking Lot” podemos compararlas con “Say it right” una vez más por su linealidad en las estrofas. ¿Quién dijo que esta señora estaba enormemente perdida? Teniendo todo esto en cuenta, hay más similitudes de las que a priori podría parecer y al final resulta que Furtado jamás se alejó tanto como parecía de su esencia.

 

De igual modo, el público tampoco terminó de comprender el punto kitsch que tenía “Big Hoops (Bigger the Better)”, empezando por su título, y que creo que no podría haber resultado una mejor carta de presentación. ¿Por qué a Katy Perry le acabó funcionando ese falso fade out en “This is how we do” pero no a Nelly, cuando el de esta canción era mucho más original y menos forzado? “Bucket List” tenía una de las letras más sencillas y a la vez más cautivadoras de todas y, mi favorita del disco, “Waiting for the Night” (que, por cierto, tiene un excelente videoclip) resulta un verdadero choque cultural para nuestros oídos, devolviéndola en cierto modo a la Nelly de su segundo disco, “Folklore”.

Para no hablar solo de los singles, diré que “Circles” me parece un experimento fastuoso, sobre todo por esa voz retocada con miles de filtros en las estrofas y que contrasta con los falsetes del estribillo. También comentar que hay otros temas que tienen un punto árabe muy interesante, como “Enemy” y trallazos de puro pop como “Believers (Arab Spring)”. Es decir, que hay para todos los gustos, pero de una forma unificada y con personalidad, poniendo siempre de manifiesto una gran habilidad para escribir unas letras maravillosas y para resultar original y diferente respecto a tanta música. Además, por encima de todo ello, siempre brillaba su peculiar voz.

En definitiva, “The Spirit Indestructible” resulta un disco bastante bueno y ecléctico que intentaba acercar a Nelly a alguno de los puntos más interesantes de su carrera, para de este modo no perder su esencia, pero todo ello llevado a cabo desde una nueva perspectiva. Sin embargo, al final fue un disco incomprendido que la hizo descender, del Olimpo del pop, hasta las profundidades del averno. Esperemos que con “The Ride”, el cual me gustaría comentar cuando lo tenga entre mis manos, tenga algo de suerte y no pierda la credibilidad que, por razones que jamás sabré esclarecer, ha perdido.

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