Hace poco escribí un artículo en el que escogía lo mejor de 2019. Entre todas las menciones, destacaba Del Sur, de Virginia Maestro, como mejor disco del pasado año, así que veía conveniente dedicarle una entrada solo a este trabajo discográfico.
‘Del sur’ es el segundo disco que Virgina Maestro publica con este nombre artístico (también su nombre real) después de su paso por la discográfica Sony Music. Cabe mencionar que su primer proyecto musical fue Labuat (junto a Risto y The Pinker Tones) y que después lanzó ‘Dulce Hogar’ y ‘Night & Day’ como Virgina Labuat.
Aquellos discos publicados como Virgina Labuat eran un excelente ejercicio de pop melódico en el que, sobre todo ‘Night & Day’, acertaban de lleno rescatando sonidos muy vintage, ya que la principal influencia es la música americana de los años 50 y 60.
Tras su etapa con multinacional, Virgina decide volver a su nombre original, Virginia Maestro, para sacar mediante crowdfunding el que probablemente sea su obra cumbre hasta ahora, ‘Blue Bird’. Este disco conjugaba lo mejor de su lado más retro, crudo y experimental con sus melodías más pop. Era la fusión perfecta entre ‘Dulce Hogar’ y ‘Night & Day’. Así, nos traía joyas como “On and on”, “Make it alright” o sorpresones del estilo de “Here I go”, uno de sus temas más experimentales.
Todo este contexto me parece importante para hablar bien de ‘Del Sur’, porque este camino es el que ha dado como resultado el disco que nos ocupa. De hecho, fue muy poco después de publicar ‘Blue Bird’ cuando Virginia volvió a hacer canciones en español tras muchos años centrada en el inglés. De hecho, ya antes de sacar este disco, tuve la oportunidad de escuchar “Licor” (que forma parte de “Del Sur”) en un show muy especial que ella dio con su bajista en Madrid.
El tiempo pasaba y los fans teníamos más ganas de este disco que Virgina nos vendía (muy acertadamente) como una renovación. Para calmar la espera, nos trajo un EP llamado ‘Roots’ que contenía algunas versiones y otros temas originales. Esta vez con un sonido en el que la guitarra era mucho más protagonista y donde todas las canciones (a excepción de “Let love die”) estaban cantadas en español.
Este EP fue el que llegó a oídos de Colin Linden, que ha trabajado con gente como Bruce Springsteen, y surgió la oportunidad de grabar ‘Del Sur’, que en un principio iba a titularse simplemente ‘South’ (título que me parecía que tenía más encanto).
Así pues, ‘Del Sur’ no resultaba una evolución paso a paso al estilo de Blue Bird, sino que rompía más con todo lo anterior, ya que la gran influencia de este disco es la música country y nos trae a una Virginia cuya personalidad sigue intacta, pero con un aire fresco, renovado y envuelta en una producción que sigue siendo fiel a ese sonido americano al que siempre nos ha tenido acostumbrados.
https://www.youtube.com/watch?v=hQZ3NMYyecQ
Las letras en español suenan naturales en su voz y son muy evocadoras, a caballo entre la búsqueda del hogar y la lucha por vencer al miedo. La música está dominada por guitarras, bajos y mandolinas, aunque hay cabida para más instrumentos capaces de crear una atmósfera única, muy poco vista en el pop de nuestro país.
De hecho, el único pero que se le podría poner al disco es que es bastante homogéneo. El hecho de que la mayoría de las canciones sean medios tiempos contribuye a crear esa sensación. Aún así, cada una tiene su identidad dentro de una obra que funciona en su totalidad.
“Dinamita” es una canción sobre salir de un lugar en el que no encajas. En este caso, es una canción dedicada a su paso por Operación Triunfo, de lo que ya habló también en su tema “Let me talk” (de Night & Day) de forma más cruda.
Las canciones que están situadas en torno a “Dinamita” son las que hablan de buscar tu propio camino y enfrentarse al miedo. Una de mis favoritas, el single “Disparando” trata sobre enfrentarse a los miedos para poder vencerlos y que así se conviertan “en las cenizas de ayer”. “La cruz” es un blues en el que Virgina habla de estar en un lugar en el que no pinta nada, dando la sensación de haber perdido parte de sí.
Este ciclo lo cierra “Despídete”, que habla de marcharse y decir adiós para seguir adelante por el camino adecuado. Y, aunque luego encontramos la canción que da título al disco, también en esta línea aparece “Let me be me”, que habla de estar perdido y querer encontrarse a uno mismo.
La otra línea temática, como avanzaba, es la del hogar. Por un lado, encontramos las canciones que evocan ese sentimiento mediante el amor y el romanticismo. Ahí están “Licor”, “Si tú no estás” o “Miel, luna y piel”, una de las canciones más delicadas que Virginia ha compuesto nunca.
Por otra parte, tenemos las canciones más de búsqueda de ese hogar, como “Del Sur”, que habla de irse fuera de casa para triunfar en la vida, reivindicar los orígenes y buscarse. En “Mi raíz”, la artista evoca los lugares en los que ha crecido y elogia su tierra andaluza. Lo más curioso es que es una de las canciones más country del conjunto, reforzando así la sensación de que está el hogar del que uno viene y el hogar que uno encuentra y en el que encaja al cien por cien.
Cierran el disco dos de las canciones más especiales. “Chamaca” es una conmovedora despedida al abuelo de Virginia, tal y como indicó la artista en un directo de Instagram. “Keep working” es sin duda mi favorita del disco; reúne el espíritu de vencer al miedo, de amor propio y de búsqueda del hogar de todo el disco a través de una canción en la que nos revela que lo más importante es seguir trabajando de forma constante y sin rendirse para llegar a la meta. Además, los cambios de ritmo al estilo de lo que ocurría en “The time is now” son apoteósicos y la convierten en la canción más diferente de todo el disco.
Sí, Virginia nos ha traído un disco sorprendente en el que se ha descubierto y nos ha echado también un cable a los demás para recorrer este camino en el que constantemente tenemos que enfrentarnos a momentos de incertidumbre y exploración personal.
Además, ha sido toda una experiencia ver cómo se ha ido forjando este disco desde que anunció el crowdfunding. Aquellos que hemos participado hemos ido recibiendo emails en los que nos iba contando las novedades al respecto. Pero lo que más me gustó fue poder escuchar los podcasts que nos enviaba desde Nashville contándonos cómo iba la grabación.
No hay nada especial como conocer de antemano los títulos de las canciones, el proceso de creación de un disco y que, cuando finalmente lo tienes entre tus manos, su magia y energía te hagan vibrar y encontrarte con un disco sorprendente, pero que a la vez encaja con una artista que ha sabido mantener una trayectoria musical más que digna.